Evangelio según san Mateo (5,13-16):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán?
No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente.
Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte.
Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa.
Brille así nuestra luz ante los hombres, para que vean nuestras buenas obras y den gloria a nuestro Padre que está en los cielos».
Palabra del Señor.
Homilía: