¿Por qué reconciliarme?
Es una de las cuestiones centrales en la vida de una persona porque todos queremos y necesitamos amar de verdad pero muchas veces nos cuesta, no sabemos o no lo hacemos. Muchas veces con nuestras palabras, gestos y actitudes generamos peleas, divisiones, lastimamos al otro quedando nuestro corazón lleno de tristeza y amargura. ¿Quién no se encontró alguna vez necesitado de perdón?

¿A quién no le ha costado alguna vez perdonar? Sin embargo, hay veces que luchamos toda la vida contra algún conflicto respecto del perdón o llevamos con nosotros mismos la carga más pesada que impide perdonar: el rencor, la venganza, el odio.

Es el animarme a reconciliarme con Dios, mis hermanos o conmigo mismo el que me ayuda a levantar la cabeza, sanar mi corazón y caminar de una manera nueva.

¿Cómo hago para reconciliarme con Dios?
Hay sacerdotes confesando en el templo todos los domingos 30 minutos antes de cada misa y los días de semana 30 minutos antes de la misa de 19 hs. Además, se puede llamar a la Secretaría Parroquial y pedir otro horario para hacerlo fuera del confesionario con algún sacerdote de la comunidad.

¿Quiénes pueden darme el sacramento?
Solo los sacerdotes (presbíteros y obispos) pueden administrar el sacramento de la Reconciliación.

¿Cómo me preparo para reconciliarme?
Una de las formas es a través de un examen de conciencia. El Papa Francisco repartió uno hace unos años en el Vaticano. Los invitamos a verlo en:

Custodia el corazón