Reflexión de Juan José Mayer publicada en la revista Bienaventurados del mes de noviembre de 2017.
21 de noviembre: Día de la enfermería
El 21 de noviembre recordamos en nuestro país el DÍA DE LA ENFERMERÍA, evocando a aquellos profesionales dedicados al cuidado de las personas y quienes nos acompañan en los momentos más difíciles de la vida. Momentos en que las personas muestran sus fragilidades y también su fortalezas.
Marcela “Kuki” Mendonça es Licenciada en Enfermería, por el Hospital Universitario Austral, en donde trabaja desde que se recibió. Llevó a cabo “Proyecto Ser Más” durante 3 años junto a profesionales amigos, brindando apoyo y herramientas a una comunidad en Santiago del Estero. Ahora el ambo la llevó a hacer experiencia en África con la organización Médicos Sin Fronteras, y acá nos cuenta su experiencia en primera persona:
¿Qué es ser enfermero/a?
No es una respuesta fácil, porque una cosa son los papeles y otra, la realidad. En los papeles somos la conexión entre el tratamiento médico y el paciente. Los encargados de que se haga (y de hacer) todo lo que se tiene que hacer para que el paciente recupere su salud. Y esas son cosas que no conocés si no estuviste en un hospital. Para todo el mundo, la/el enfermera/o es quien pone inyecciones. Pero somos mucho más que eso. Somos los encargados del bienestar general del paciente. Y para eso tenemos que saber de todo.
Ser enfermera/o es intentar que las personas recuperen su salud (física, psíquica, emocional y espiritual), primero por sus propios medios y, si no pueden, haciéndolo nosotros mismos.
¿Cuál es tu mirada sobre la enfermería en Argentina, en Buenos Aires y en el interior del país?
La enfermería en Argentina, como en todo el mundo, sigue en proceso de crecimiento. Somos una profesión dentro de todo joven y que no tuvo el mejor comienzo. El tipo y la calidad de la enfermería varían muchísimo según la universidad en la que se haya estudiado. Hay mucha diferencia entre las universidades de las capitales y las escuelas más pequeñas. La carga académica es más amplia en unas que en otras, pero ser un buen enfermero no sólo te lo da una buena base: eso es el 50%, el otro 50% es actitud. La actitud de querer seguir aprendiendo, de saber cómo y cuándo poner al paciente primero, de no perder el foco y, sobre todo, de saber trabajar en equipo.
En el interior, los enfermeros no siempre tienen un título (de hecho, muchas veces no lo tienen); pero sí tienen un rol importantísimo en la comunidad, principalmente por su actitud. Un enfermero o un auxiliar de enfermería con predisposición y preocupación por los pacientes hace de una posta sanitaria un centro de referencia para la comunidad.
¿Por qué elegiste esta profesión?
Porque crecí junto a mis primos que me enseñaron cómo en la enfermedad y en la salud encontramos lo que realmente importa en la vida. Me demostraron que la alegría hace que todos los momentos se pasen mejor y quise eso para mi vida: vivir todos los días descubriendo y valorando la vida.
¿Cómo estás viviendo tu experiencia en África?
¡Como un tornado de emociones! Con los ojos bien abiertos, aprendiendo de las diferencias culturales, de la manera de afrontar la muerte (una madre que no haya perdido un hijo es raro), de la fortaleza de la gente que sonríe a pesar de haber perdido todo. Trabajando la paciencia y las frustraciones por no poder hacer todo lo que me gustaría hacer. Aprendiendo a priorizar las acciones, fortaleciendo el corazón en cada muerte y confirmando que la alegría hace que todo se supere.
¿Qué ve un enfermero/a que no está a la vista de todos?
¡Son muchas cosas! Solemos darnos cuenta rápido si la persona está “bien”, y no sólo físicamente; miramos que el ambiente esté ordenado, porque creemos que, cuando la casa está en orden, las cosas van mejor. Cuando estamos afilados y conocemos bien al paciente, con una mirada sabemos qué necesita.
Kuki está trabajando con refugiados del Congo, apoyando a un hospital en el programa de desnutrición y pacientes de internación pediátrica. Como en toda África, los recursos son muy escasos y se hace lo mejor que se puede con lo que se tiene. De yapa, agrega: ¿Por qué me fui a ayudar a otro lado si en Argentina hay tantas necesidades? Porque creo que el mundo puede mejorar si todos encontramos cómo podemos servirle y que eso nos haga felices. A mí me hace feliz trabajar como enfermera en situaciones específicas que en Argentina, gracias a Dios, no existen. Podría trabajar como voluntaria en alguna ONG argentina, pero no es lo que más me gusta hacer. Voy a explotar mi potencial para mejorar el mundo con el sano egoísmo de hacerme bien a mí también.
• El Programa Nacional de Formación de Enfermería (PRONAFE) es un programa de becas para alumnos que estén cursando la carrera de Enfermería Profesional en una Universidad Nacional o Instituto/Centro Universitario o Instituto de Educación Técnica Superior de Gestión Estatal o Instituto de Educación Técnica Superior de Gestión Privada inscripto en el PRONAFE.
• En Argentina hay un enfermero cada ocho médicos. Los Organismos Internacionales recomiendan que debe haber entre dos y cuatro enfermeros por cada médico.
• El plantel nacional de enfermeros da unos 180.000 en total, de los cuales 57.000 se retirarán en los próximos cinco años.
• En el país se forman enfermeros en 53 universidades y 229 institutos técnicos superiores, con casi 30.000 nuevos inscriptos por año.