Reflexión de Mechi Ruiz Luque, publicada en la Bienaventurados del mes de diciembre 2020.

Desde que tengo memoria, siempre me llamó la atención el Magníficat, esa respuesta de María al saludo de su prima Isabel. Es un himno de alegría y fe que brota de lo más profundo de su ser, a través del cual María expresa su confianza en los planes de Dios, proclama su salvación y agradece la obra que Él hizo en ella.

Por lo general, donde más me detengo es en las primeras tres palabras: “Mi alma canta…”. Y me pregunto, ¿qué habrá sentido María para decir que el alma le cantaba? Creo que lo fundamental es que toda su confianza estaba puesta en Dios, y lo mismo podemos decir de su felicidad: su espíritu se estremecía de gozo a causa de Dios.

Otra parte que me gusta mucho es la que dice: “… ha hecho en mí grandes cosas”. ¡Qué lindo sería, como hizo María, poder reconocer todo lo que Dios hace por nosotros!Nuestras vidas son un regalo, son puro don. ¿Y si abrimos los ojos y nos damos cuenta de todo lo que tenemos para agradecer?

Queridos amigos, dejemos que Dios haga las maravillas que quiera hacer en nuestra vida. Abrámosle el corazón para que todo lo transforme, todo lo cure, todo lo renueve con su gracia.

Y animémonos a reconocer y expresar esas grandes cosas que ya haya hecho en nuestra vida. Les dejo un ejemplo de lo que podría ser nuestro Magníficat, pero… ¿Se animan a escribir el propio?¿Qué expresarían con tanto gozo? ¿Qué tendrían para agradecer?¿Cuál sería la causa de su alegría?

Nuestro Magníficat

¡Que nuestras almas canten como respuesta al amor de Dios!

Porque en los momentos difíciles, Él siempre está sosteniéndonos;

cada vez que nos alejamos, nos recibe de vuelta con los brazos abiertos;

nos rodea de personas queridas,

nos regala talentos y oportunidades de crecimiento.

Acepta nuestro barro y lo toma en sus manos con amor

para formar una vasija que no es valiosa por sí misma,

pero que sí lo es por lo que lleva dentro: al mismo Dios.

Y por eso, en adelante, nos llamarán bienaventurados,

porque Dios ha hecho y sigue haciendo grandes cosas en nosotros.