Hace unas semanas, animados por el texto de Ezequiel (37,14), «Pondré mi espíritu en ustedes para que revivan«, comenzamos un nuevo camino para revivir en comunidad en este tiempo de pospandemia, de la mano de la Virgen e iluminados por el Espíritu Santo.
«Espíritu de Dios, tú resucitaste a Jesús dándole vida eterna.
Tú reviviste al pueblo de Israel cuando desfallecía por la dureza de su exilio.
Tú diste vida a la Iglesia naciente.
Hoy estamos superando una pandemia. Por eso te pedimos:
Espíritu Santo, ven a nosotros. A nuestro corazón, a nuestras familias, a nuestra comunidad, a nuestra patria y al mundo entero.
Los niños necesitan alegría, los jóvenes, esperanza, los adultos, paciencia, los ancianos, el consuelo.
Necesitamos revivir y anunciar la esperanza del evangelio a nuestros hermanos.
Con María, en la Iglesia, te decimos: ¡Danos vida nueva!
Amén».