Reflexión de Juan José Mayer publicada en la revista Bienaventurados del mes de septiembre de 2017. 

El 10 de septiembre la comunidad de Santa María de la Cabeza celebra los 25 años de la inauguración de su capilla.


El pequeño galpón del bajo fue creciendo junto a las familias y vecinos del lugar. Desde sus inicios, la calidez, la alegría y la fraternidad son sólo algunos de sus baluartes.

Quien tuvo la oportunidad de participar de las celebraciones, es testigo de las amistades y de lo mucho que se quiere a la capilla. Todos los domingos esto se ve en los chicos que juegan en el jardín, en los matrimonios jóvenes, en el coro, en la liturgia y en los que compartieron años de vivencias, almuerzos a la canasta y cafés en “La Matera”. Se vive un clima de familia, de ir a misa y, a la vez, de sentir que estás en el jardín de tu casa.

Ser parte de una comunidad que comparte el encuentro con Dios es una pieza fundamental en la vida de muchos; sobretodo, igual que en las primeras comunidades cristianas, cuando dan su tiempo para cuidarla y hacerla crecer.

Los frutos del trabajo de muchos están en los cientos de chicos que recibieron la Primera Comunión, en las horas de adoración al Santísimo, en los matrimonios que la eligieron para casarse, en los bautismos, las misas, los encuentros, en los testimonios de Fe y en la vida de quienes por allí pasaron.

Es imposible no mencionar a Raúl Sartori, quien dedicó grandes esfuerzos y fue el pionero de esta lindísima comunidad.


Testimonios

Pertenezco a la comunidad de Sta. María de la Cabeza desde el año 1993, y siempre estuve a cargo de los grupos de madres de Primera Comunión. Nuestra comunidad es una gran familia en la que compartimos nuestras vidas; y esto es lo que más me gusta, porque me hace sentir “como en casa”. Tengo mucho que agradecer a nuestra comunidad, tanto sacerdotes como laicos. Me han hecho sentir muy querida y, a través de la catequesis, he podido conocer a muchas familias que me dieron más de lo que yo les he podido brindar.
También doy gracias a Dios y a nuestra patrona, Santa María de la Cabeza, por estos 25 años, así como a todos los que colaboran y han colaborado con tanto entusiasmo y cariño con nuestra capilla.
María Marta Mazzini

25 años no es nada, pero para nuestra comunidad lo es todo: principio, hasta donde ha llegado y, más que nada, lo que le falta recorrer. Me gusta mucho pertenecer a la comunidad, la veo como una gran familia, con sus distintos miembros. Lo más importante es que todos tenemos un mismo Padre que nos une y reúne, y no sólo en las celebraciones dominicales. No tengo más que agradecer a todos los miembros de la comunidad, por lo que son y por lo que dan. Los abrazo en Jesús y María.
Alejandro Claisse


María Toribia, más conocida como María de la Cabeza, nació alrededor del año 1100 en Torrelaguna, España. Su historia está íntimamente ligada a la de su esposo, San Isidro Labrador, con quien siempre compartió su vida de familia, oración, trabajo y servicio a los más pobres.