Reflexión de P. Gonzalo Rebollo, vicario parroquial, publicada en la revista Bienaventurados del mes de noviembre de 2018. 


El Sínodo de los obispos sobre “jóvenes, fe y discernimiento vocacional” se reunió en el Vaticano del 3 al 28 de octubre. El papa Francisco convocó a este sínodo para ayudar a la Iglesia a acompañar mejor a todos los jóvenes en una vida alegre y construir activamente la Iglesia y la sociedad. Dice la introducción al documento de trabajo:

“Anunciar la alegría del Evangelio es la misión que el Señor ha confiado a su Iglesia. El Sínodo sobre la nueva evangelización y la Exhortación Apostólica Evangelii gaudium han afrontado cómo llevar a cabo esta misión en el mundo de hoy; en cambio, los dos Sínodos sobre la familia y la Exhortación Apostólica Post-sinodal Amoris laetitia se han dedicado al acompañamiento de las familias hacia esta alegría.
Como continuación de este camino, a través de un nuevo camino sinodal sobre el tema: «Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional», la Iglesia ha decidido interrogarse sobre cómo acompañar a los jóvenes para que reconozcan y acojan la llamada al amor y a la vida en plenitud, y también pedir a los mismos jóvenes que la ayuden a identificar las modalidades más eficaces de hoy para anunciar la Buena Noticia”.

¿Qué es exactamente un sínodo? La palabra se refiere a una reunión de eclesiásticos para asesorar sobre un tema. La raíz griega de la palabra SÍNODO significa caminar juntos. Al abrir la cuarta sesión del Concilio Vaticano II (1962-1965), el papa Pablo VI declaró su intención de establecer un sínodo de obispos para que los futuros papas pudieran reunir a un grupo de líderes de la Iglesia procedentes de diferentes regiones del mundo para examinar asuntos que afectan a toda la Iglesia.

Hay tres tipos de sínodos de obispos: ordinario, extraordinario y especial. Las asambleas generales ordinarias son el sínodo de obispos más común. La asamblea general ordinaria se reúne cada tres años. El Papa elige un tema y se preparan unas líneas base que se envían a las Iglesias locales para que ellas aporten sus sugerencias. Estas respuestas son la base del documento de trabajo preparado antes del sínodo.

¿Quiénes asisten? Representantes seleccionados por las conferencias episcopales nacionales, algunos miembros de la curia romana, representantes de órdenes religiosas y, ocasionalmente, expertos y observadores laicos. El Papa también elige a algunos obispos para asistir. El sínodo está cerrado a los medios y al público.

Durante la primera semana, los delegados hacen presentaciones individuales. Después se reúnen en pequeños grupos divididos por idiomas.

Las asambleas generales extraordinarias se reúnen para examinar algunos asuntos urgentes que le interesan a la Iglesia. Los sínodos extraordinarios requieren menos participantes. Sólo ha habido tres asambleas generales extraordinarias, que se reunieron en 1969 (conferencias episcopales), 1985 (Vaticano II) y 2014 (Familia).

Finalmente, hay asambleas especiales que están limitadas a un área geográfica limitada. En 2019, por ejemplo, habrá una asamblea especial programada para enfocarse en el Amazonas.

El sínodo de los obispos tiene su propio equipo permanente, que ayuda a los obispos a preparar lo que se llama “exhortación apostólica” (un documento que el Papa puede publicar y que expresa las conclusiones del sínodo).

El Sínodo sobre los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional fue la XV Asamblea General Ordinaria del sínodo de los obispos.


Ya se encuentra publicado el documento final del sínodo, en italiano: http://www.synod2018.va/content/synod2018/it/fede-discernimento-vocazione/documento-finale-e-votazioni-del-documento-finale-del-sinodo-dei.html