Reflexión de Mercedes Ruiz Luque publicada en la revista Bienaventurados del mes de agosto de 2019.


Mis tiempos para componer canciones son de lo más dispersos que puedan imaginarse. Un día empiezo con una melodía, a la semana se me ocurre una estrofa, al mes pienso un estribillo y al año siguiente la reveo desde el principio hasta el final. Y ni hablar de los tiempos que me lleva grabar cada una.
Esto mismo me pasa con muchos proyectos que emprendo. Cada tanto me planteo si no seré una persona esencialmente lenta, pero después me doy cuenta de que hay cosas que no dependen sólo de mí.
A veces nos desesperamos cuando lo que hacemos no se da como planeábamos o nos lleva más tiempo del que pensábamos. Sin embargo, hay cosas que se escapan de nuestras manos. No podemos tener todo bajo control. Hay procesos que llevan su tiempo, y de nada sirve tratar de apurarlos. Más bien, es mejor tener paciencia y encararlos con constancia y amor.
No hay nada mejor que poder disfrutar del trabajo y de las tareas que uno emprende. Poder vivir cada actividad con pasión y entusiasmo, con el 100 % de nuestro ser. Poder transitar con alegría (y con paciencia) los procesos que requiere cada meta.
Por otro lado, resulta fundamental que podamos confiar no sólo en los planes de Dios, sino también en sus tiempos. “Hay que saber planificar y prevenir, es cierto, pero no pretender tenerlo todo previsto y controlado. Que Dios sea el rey y el Señor de nuestro futuro, que Él guíe nuestra vida, y todo estará a salvo”. 1
Para terminar esta reflexión sobre los tiempos y los procesos, me parece lindo compartir una estrofa de la canción Sólo el amor, de Silvio Rodríguez. Porque quien no se amiga con el barro que tiene entre sus manos nunca podrá hacer algo lindo con Él. Es preciso tomarlo con amor y, a partir de ahí, comenzar a trabajar.

Debes amar la arcilla que va en tus manos,
debes amar su arena hasta la locura.
Y si no, no la emprendas que será en vano.

1 Fernández, Víctor Manuel: Para liberarte de la ansiedad y de la impaciencia. Argentina, Ed. San Pablo, 2009.