Reflexión de Paula Martínez publicada en la revista Bienaventurados del mes de mayo de 2020.
Tal vez, durante estos días, la visitación
sea de Isabel a María.
Tal vez, María esté observando al mundo
conmovida, dolorida por la prueba
que estamos pasando.
Y su corazón se hace uno con todos nosotros.
Tal vez, es Isabel quien le esté dando un sostén y entrelaza sus manos ahí en el cielo.
Ambas esperan que algo nuevo florezca en este nuestro mundo.
Que la luz que hay en cada uno de nosotros vuelva a encenderse en cada gesto de amor, en el lugar en donde nos toque estar.
Tal vez, Dios nos esté pidiendo que volvamos
a la esencia de cada uno, a ese gesto interior
que está lleno de su presencia.
Como lo estuvo en la visitación de esas dos mujeres que gestaban dos presencias sagradas.
Una de ellas, a Él mismo .
Hoy la visitación sólo tal vez se haga a la distancia, cuando sentimos la presencia de un amor sincero que nos visita desde la verdad de una esencia.
Estoy ahí donde estas vos, porque el amor arrasa distancias.
Estoy con vos.