Reflexión de Catalina Beccar Varela publicada en la revista Bienaventurados del mes de septiembre de 2017. 


Hace tiempo vengo pensando en una de las frases de José de San Martín. Desconozco el contexto, el porqué o el para qué de ella. Lo que sí conozco y afirmo es que me condujo a muchos días de tratar de comprenderla y ponerla en práctica. La frase, al igual que el título de este artículo dice: “Serás lo que debas ser, o no serás nada”.

Creo que muchas veces nos olvidamos de que nuestro paso por esta vida no es eterno. Solemos soñar a futuro, posponer, proyectar. Todos lo hacemos y, creo, es una de las cosas más lindas que podemos hacer. Sin embargo, muchas veces nos olvidamos de que es hoy lo que hace que ayer haya sido ayer y lo que hace que mañana sea mañana. Es hoy y ahora lo que marca un pasado y un futuro. Retomando mi idea, nada me asegura que mañana esté vivo; entonces, ¿por qué no damos lo mejor de nosotros hoy mismo?, ¿por qué no buscamos desafiarnos para dar lo mejor?

La frase de San Martín nos exige. Casi que nos obliga a ser lo que tenemos que ser, lo que queremos ser. Nos invita a dar lo mejor. Pero, ¿por qué? Porque somos únicos. No hay nadie en la historia de la humanidad que sea igual a nosotros, que piense, que quiera, que ame, que llore, que viva como nosotros lo hacemos. No se trata de querer ser el mejor para superar a otros, se trata de ser el mejor para nosotros. Se trata de ser lo que estamos destinados a ser. Ser lo que deba ser: es ser en lo pequeño, es ser en el detalle.

Por citar dos ejemplos:

  • Tengo una amiga que, cuando baila, tiene la capacidad de alegrarme el corazón porque sé que en su baile están su vida, sus sueños, su forma de ser y de pensar. En sus pasos ella es lo que debe ser, porque en eso ella se descubre. En su baile ella sabe que me trasmite lo que nadie más me puede transmitir.
  • Una de mis abuelas durante la semana prepara con ganas el postre con el que nos deleita cada domingo. Y es en ese postre en donde pone todo su empeño y su tiempo; en él nos regala su talento, nos regala lo que ella es.

Ser lo que debamos ser es nada más que eso. Es tener la certeza de que sólo nosotros podemos dar eso que llevamos dentro. Es sabernos únicos y con la misión de no quedarnos en el molde. Es sabernos únicos para marcar la diferencia desde el detalle. Es festejar con alegría que sólo habrá un nosotros en toda la historia del mundo.

Ser lo que debamos ser es levantarnos cada día sabiendo que tenemos mil sonrisas para regalar, mil abrazos para consolar, ojos para ver a los que nos necesitan, oídos para escuchar y, sobre todo, un corazón para entregar.
Ser lo que debamos ser es descubrir lo valioso de la vida.