Carta de nuestro párroco, p. Carlos Avellaneda, publicada en la revista Bienaventurados del mes de junio de 2019.

«Me alegra la presencia de tantos voluntarios que sirven a las familias más humildes de nuestra parroquia».


Este año comencé a acompañar pastoralmente a la comunidad de La Ribera, una de nuestras tres comunidades del bajo de San Isidro.
El mes pasado celebramos las primeras comuniones de un grupo de niños que, acompañados por sus catequistas y papás en la catequesis familiar, recibieron a Jesús en la eucaristía con amor y con fe. Los niños y sus papás se reunieron todos los sábados y luego participaron de la misa vespertina. Ese día de la semana la fe es transmitida a las familias del barrio con gran dedicación por parte de las catequistas. También se acompaña a algunos adultos que reciben catequesis para el sacramento de la confirmación.
Durante los días feriales, la capilla se llena de vida con tres grupos que prestan servicios muy buenos para los adultos y niños del barrio. Por un lado, las aulas son ocupadas por el plan de educación para adultos FINES, que acompaña a quienes necesitan terminar su secundario y obtener una titulación que les permita acceder a una formación terciaria o universitaria. También hay un grupo de voluntarios y voluntarias que ofrece APOYO ESCOLAR a niños de la zona que cursan en escuelas públicas. Los chicos son acogidos con afecto, toman la merienda, y reciben la ayuda que necesitan en sus tareas. Además, este año las instalaciones se abrieron a la Asociación UMBRALES, cuyos voluntarios estimulan a adolescentes y niños en su desarrollo y crecimiento, sobre todo mediante actividades artísticas.
Todos los jueves, a través de voluntarias que organizan la tarea, CARITAS asiste a aquellas familias del barrio que necesitan ropa y calzado.
A muy pocas cuadras de la capilla está nuestro JARDÍN MATERNAL Sagrada Familia, en donde recibimos diariamente a niños de entre 1 y 3 años, de las familias del barrio. La directora y su equipo de maestras, y con la colaboración de voluntarias, han organizado, de manera muy profesional y con mucho amor, este servicio tan necesario para los más humildes.
Por supuesto, todos los domingos a las 11 de la mañana celebramos la misa con la participación de las familias de la comunidad. Y tengo la ilusión de que la participación en esta celebración crezca.
La Ribera es una comunidad con muchos años de vida y testimonio evangélico. Recién estoy conociendo a sus feligreses y los desafíos que esta porción de nuestra parroquia nos presenta. Pero me alegra la presencia de tantos voluntarios que sirven a las familias más humildes de nuestra parroquia, y que lo hacen con gran compromiso y alegría.
Este mes de junio tendremos la COLECTA ANUAL DE CARITAS. Los jóvenes de la Catedral saldrán con alcancías a pedir la solidaridad por las calles. Y todos nosotros podremos hacer nuestro generoso aporte económico en las colectas de las misas. Será un modo de apoyar la obra de tantos voluntarios que en toda nuestra parroquia dan su tiempo y su entrega al servicio de los necesitados. Sé que contaremos con el aporte de ustedes.

Les dejo mi cariño.
Padre Carlos.