Testimonios de jóvenes publicadados en la revista Bienaventurados del mes de julio de 2019.
Pasadas las vacaciones de invierno, los grupos de jóvenes van terminando sus ciclos. Preconfirmación, Confirmación, Caminar y Ágora se despiden de sus coordinadores y muchos valientes eligen apostar por un nuevo año de nuevas actividades. En esta nueva edición, les pedimos a algunos que finalizan su ciclo que nos cuenten su experiencia.
TERMINAR CONFIRMACIÓN LLENO DEL ESPÍRITU SANTO
Después de tantas vueltas y con la ayuda de mi hermana Luján, el año pasado me anoté en Confirmación. La primera vez estaba muy nervioso, pero intenté tomármelo con calma; llegué a la Catedral y fue simplemente conocer a mi grupo. A medida que fue pasando el tiempo, mi grupo me empezó a gustar más, y esperaba con ansias cada domingo para ir a Confir, para compartir lo que me había pasado, para resolver mis problemas, para acercarme más a Dios.
Siempre que me preguntan sobre Confir, me gusta dejar en claro que no es sólo para las personas re cristianas y que van a misa, porque creo que Confir no es sólo eso. Al menos a mí, me ayudó un montón con mi vida; me ayudó a acercarme muchísimo más a Dios y me cambió bastante la forma de pensar. Quiero decir que Confir tal vez me ayudó a ver la realidad, a darme cuenta de que no estoy yo solo sin nadie más; y agradezco muchísimo haber hecho este camino. Porque creo que me fortaleció muchísimo como persona y me ayudó a estar más cerca de Dios.
Creo que haber seguido este camino fue una gran elección; y, aunque dé lástima que ya se termine, me quedo con una frase que me ayuda mucho: “Todo final anuncia siempre un nuevo comienzo”.
De Confir me llevo un montón de momentos, alegrías, tristezas, risas, llantos… todo compartido con un grupo de personas que hoy en día valoro mucho, y sé que en ellos puedo confiar plenamente. Son personas que me acompañaron durante este camino e hicieron de cada domingo y de cada encuentro algo mucho mejor. El camino de Confirmación también me ayudó a resolver problemas de mi vida, a hablar cosas que tal vez pensé que nunca iba a poder contar. Te sirve muchísimo para descargarte; además todos te van a ayudar y aconsejar, nadie te va a juzgar. Eso es lo que tiene de bueno: vos estás para ellos y ellos están para vos. En este último tiempo pude cambiar y hablar de todo, y sinceramente soy más feliz y no siento ninguna carga para conmigo mismo.
En el campamento pude darme cuenta de que tenía que cambiar algo de mi día a día. Digo esto porque hubo un testimonio que me dejó algo resonando: “¿Ustedes le ponen días a su vida o vida a sus días?”. Creo que entonces me di cuenta de que tenía que hacer todo lo que tenía en mente, todo lo que yo quería, lo que me gustaba; y después de ese campamento sinceramente empecé a vivir de otra manera.
Y el retiro fue inolvidable. Cada compartida en grupo y cada actividad me sirvieron para pensar. Después del retiro me animé a dar un paso con algo que me estaba pesando, algo que me sobrepasaba. Me animé a dejar el deporte que hace tanto tiempo practicaba, y creo que fue una de las mejores decisiones que tomé, porque yo estaba haciendo algo que realmente no me gustaba y no me hacía bien. Ahora me siento mucho más en paz.
Es INCREÍBLE ver la confianza que se genera en el grupo y la relación que terminás teniendo con cada uno. En mi caso, termino este camino siendo feliz y compartiendo con Pipe, Soli, Flopi, Delfi, Juan, Juli, Bianca, Luli y Fran, que, además de ser compañeros de grupo y coordinadores, para mí son personas muy importantes, que me acompañaron en una etapa increíble de mi vida, y con quienes pude generar vínculos de amistad muy fuertes. Estoy orgulloso de poder formar parte de mi grupo y de haber terminado esto junto a ellos.
Estanislao Beccar Varela – coordinado de Confirmación
CERRAR UN GRAN CICLO EN CAMINAR
Y ahora, ¿cómo sigue esto? Apenas termina Confirmación, esta es la primera pregunta que suele aparecer. ¿Cómo mantengo esta forma de vivir? ¿Cómo conservo la fe?
Si bien no es un sentimiento, la fe es un don que hay que alimentar para mantener vivo. Y ahí es donde Caminar aparece en juego. ¿Cómo sigo caminando? ¿Hacia dónde apunto?
La idea de Caminar es empezar a resolver estas dudas, y para eso se presentan dos aspectos claves en la vida de fe.
Por un lado, se nos abrieron las puertas al servicio y a salir al encuentro del prójimo. En nuestro caso tuvimos la oportunidad de ir al Asilo Marín y a la parroquia San Ignacio. Aunque sólo íbamos una vez por semana, o cada dos semanas, estas actividades ayudaron a concientizarnos acerca de las realidades de mucha gente, y del bien que uno es capaz de hacer sólo con su presencia y actitud.
Y, a la vez, gracias a estas actividades, pudimos descubrir el otro aspecto clave: la comunidad.
Caminar trata acerca de cómo vivir tu vida de fe; pero no sólo del como, sino también del con quién. Ya sea tu propio grupo, o con el que te toque compartir las actividades de servicio, las personas que te cruzás en misa, o en el campamento y el retiro… Caminar nos mostró que no estamos solos en este camino, y que no hay mejor forma de recorrerlo que caminando juntos.
Agus Favereau – coordinador de Caminar (Postconfirmación)
TERMINAR ÁGORA PARA DAR UN PASO GIGANTE
A veces, cuando menos las esperamos, llegan las sorpresas. Para mí, Ágora fue una de ellas.
Después de recibir al Espíritu Santo en la confirmación, y aprender cómo llevarlo a los demás en Caminar, pensé que Ágora no me iba a aportar nada nuevo. ¡Qué equivocado estaba! Ágora, el curso para poder coordinar un grupo de Confir, fue una experiencia inolvidable, distinta a todo lo anterior.
Dos sábados al mes, casi cien chicos nos reuníamos para escuchar testimonios de los mejores y, entre mates, hacernos preguntas sobre distintos temas y buscar respuestas. Entre cada encuentro, nos juntábamos en grupos, conducidos por dos de nosotros, para ir entendiendo lo que implica ser un coordinador. Así se fue formando una comunidad en la que todas las caras eran conocidas y todas las opiniones, escuchadas.
Tratando todo tipo de temas, fuimos replanteándonos lo que habíamos hecho al confirmarnos; esta vez, para preparar el camino para que otros lo vivan como nosotros hicimos hace unos años.
De a poco, también empezamos a rezar por nuestros coordinados para, al recibirlos en agosto, sentir que ya los conocemos, que los venimos esperando.
Ahora nos queda esperar para poder ser instrumentos de alegría, escucha, y fe, tal como otros lo fueron para nosotros.
Tomi Dardanelli – futuro coordinador de Confirmación
Podés anotarte en los grupos y actividades de jóvenes acá (incluso los adultos, que se quieran acercar a algun sacramento):